Ya queda menos y parece que las salidas nocturnas se multiplican. Hoy, aunque no sea jueves, volvemos a salir a correr una vez que el sol desaparece pero con un calor más propio de su posición más alta. El bochorno es asombroso.
Con este panorama, empezamos a un ritmo bastante pausado. No sabemos muy bien hasta dónde vamos a llegar pero, una vez sobrepasado el Museo Marítimo, seguimos por el paseo de Olabeaga que tiene un pequeño tramo en el que se han empezado unas obras.
Llegamos a los siete kilómetros y decidimos dar media vuelta para acabar completando los trece, que ya va bien para el calor que hace. Nos cruzamos con mucha gente corriendo y se nota que el calor nos está pasando factura a todos. Aún así, estoy contento porque he salido sin faja y las molestias lumbares, salvo cuando paramos y me quedo frío, están pasando a la historia.
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