Primera salida de un año que se prevé cañero, con un montón de objetivos exigentes y con una preparación que se iniciará mañana. A la espera de ello, partimos a primera hora para hacer una sesión de carrera de estas cortas que hacemos de diez kilómetros.
No sé cuándo volveré a correr por esta zona; es decir, a correr por asfalto. Los dos meses que me esperan van a ser muy duros y apenas tendré tiempo para nada y me centraré en la preparación del Mauna Kea aderezada con carrera por montaña. Para despedirme por ese tiempo, Uribitarte es un lugar estupendo.
Salimos de casa todavía de noche y chispeando un poco, lo que hace que el ritmo sea bueno desde el principio. Casi sin darnos cuenta, estamos de regreso en el portal. Es una de esas vueltas en las que se va charlando a ritmo ligero y pasa sin apenas enterarte. Tanto es así, que al llegar a casa hemos comentado que diez kilómetros ya se quedan cortos como sesión corta y que más valdría estirarlo un poquito más.
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