V. Marcha Urdaibai

Hace un par de meses que descubrí una marcha de largo recorrido que organiza Goizale Mendi Taldea cada cinco años y, como ya participé en una que hicieron en octubre, no dudé en inscribirme enseguida. Además, la inscripción era gratuita, algo que no suele ser muy habitual en marchas de distancias parecidas.

XTREM CAT 1 CAT 2 CAT 3 CAT 4


V. Marcha Urdaibai Gernika 64 km 2385 m+ IR

(Click en el perfil para ampliarlo)


La salida es a las 07:00 de la mañana y estoy un cuarto de hora antes para la retirada de la tarjeta de control. Salimos justo a la hora, aún de noche, siguiendo a un tipo que nos llevará hasta el inicio de un camino que discurre por las marismas.


Tengo idea de hacer corriendo todo lo que pueda ya que, desde que acorto los tiempos en este tipo de marchas, me canso mucho menos. Tengo comprobado que el cansancio va proporcional al tiempo invertido. Desde los primeros metros, un grupo de unos diez integrantes se pone al trote. Uno de ellos hace de guía portando un frontal y me mantengo a distancia para no tener que andar mirando el camino del GPS porque las marcas, si las hay por aquí, no se pueden ver.


El camino está siendo muy corredero, por una pista perfecta jalonada por puentes de madera sobre las marismas. Empieza a amanecer y se nota muchísima humedad ambiental que, unida a la temperatura tan templada, genera una sensación de bochorno muy fuerte.


Llegamos a Kortezubi con unas cuantas rampas y escaleras de por medio y salimos a la carretera de Laga y Laida, donde sigo al grupo hasta que miro el GPS y veo que se han equivocado. Regresamos y, mientras seguimos a la carrera, me quedo el último para cerciorarme bien de que vamos por el camino correcto. Veo que sale una pista y me meto por ella porque me da que es la buena y, al intentar avisar de que he encontrado las marcas, no parece que nadie me oiga y tiro para delante pensando que habrán subido por otra entrada más adelante.


Como no les veo, me imagino que ya irán por delante, hasta que empiezan a pasarme en el bosque. Al final, el camino correcto era el que yo he ido siguiendo. Sigo a muy buen ritmo pero soy muy torpe en estos terrenos comparado con cómo se maneja esta gente. Yo tropiezo con todo, soy un patán.


Salimos del sendero y lo hago acompañado por un chico con el que voy charlando un rato por la carretera de Garteiz, hasta que llegamos al primer avituallamiento. 


El avituallamiento está en el km.15 y tiene un surtido magnífico. Hay agua, cocacola, isotónico, frutos secos, plátanos, tomates, galletas, chocolate, queso, aceitunas, ...


Me tomo un vaso de cocacola, dos trozos de plátano y un par de onzas de chocolate y tiro para delante ya en solitario. Antes de salir, el señor que está en el control que hay un poco más adelante viene corriendo y nos cogen el número de tarjeta sin más.


Sigo por un sendero para empezar a subir hasta la ermita de San Pedro de Atxarre. Hay que subir y bajar por el mismo sitio y nos vamos cruzando en ese tramo.


Las vistas desde arriba son espectaculares. Se tiene una perspectiva total de toda la ría de Urdaibai y se ve lo nublada que ha salido la mañana, con unas neblinas bajas a la altura de las marismas.


Hay gente de la organización en diferentes puntos del recorrido con cámara de fotos y/o de vídeo y cruzo unos disparos con ellos. Llevar la cámara y hacer fotos me asegura tener varios momentos de descanso y disfrutar algo más de estos rincones especiales.


Toca bajar hasta el arroyo de Laga y todo este tramo es por pista asfaltada. Estoy empezando a pensar que el calzado que he traído no ha sido el más acertado porque es todo muy corredero y mejor habría sido venir con unas zapas de running. Me he fijado en lo que llevaban los participantes del grupo con el que he llegado al avituallamiento y todos iban con zapas. Anoche estuvo lloviendo y me he decantado por las SALOMON XA Pro con Goretex® y por ahora no me ha hecho falta.


Hace un rato que me he quedado solo y voy disfrutando muchísimo del recorrido. Todas estas pistas me suenan de cuando las hacíamos en plan senderista siendo la niña muy pequeña.


Alcanzo la carretera que va de Ibarrangelu a Laga y veo a algunos participantes asomar por la parte alta, yendo ya hacia Ogoño. Hace mucho que no accedo a la Talaia y es lo que más me atrae de todo el recorrido.


Hay que subir y bajar por el mismo sitio y la mesa de control toma datos a la bajada. Es una subida corta pero intensa, con una pendiente muy fuerte aunque, si no se sale de Elantxobe, es menos de la mitad.


El acceso a la Talaia, con la roca húmeda, está un poco complicado por lo resbaladizo y me lo tomo con mucha tranquilidad.


Los tres o cuatro que llegan detrás de mí hacen como en el pinball y rebotan en la cima sin quedarse unos instantes a disfrutar de semejante vista. Este es de esos sitios que te encuentras en los recorridos de los que te cuesta marcharte.


Pero hay que seguir adelante y la media vuelta me muestra la montaña que me espera. Sigue estando nublado pero empiezan a asomar tímidos rayos de sol.


Vuelvo hasta el punto de control y me anotan el tiempo en una tarjeta que está bastante deteriorada. La llevo en la riñonera y la humedad la ha dejado hecha polvo. No creo que aguante toda la marcha.


Justo cuando voy a salir, llega un chico al que le ha pegado un tirón y que anda jodidillo. Intentará llegar al próximo avituallamiento aunque uno de los selladores no lo ve muy factible y le ofrecen llevarle más tarde.


El asfalto sigue predominando en toda esta zona a excepción de algún pequeño sendero. Ya hemos pasado los primeros veinte kilómetros hace tiempo y siento que los pies empiezan a recalentarse. Confirmado, la elección de calzado ha sido errónea.


El trazado no deja de subir y bajar por las pequeñas callejuelas de la parte alta de Elantxobe, hasta que se sale a una pista asfaltada camino de Natxitua.


Esa pista nos deja en la carretera, por la que voy corriendo mientras el sol asoma definitivamente y las fotos lucen algo más. Lo malo es que, como le de por calentar, se puede hacer muy duro.


De vez en cuando cruzamos por pequeños núcleos urbanos con unos caseríos imponentes. En este punto, se me empieza a hacer un poco largo este sector entre avituallamientos. El segundo estaba programado para el km.26 y empezamos a acumular bastante desfase.


Abandonamos el asfalto para transitar por senderos y, aunque suelen ser tramos cortos, agradezco su presencia aunque solo sea por dejar de pensar en el error de las zapatillas. Hay momentos en los que encuentro algo de barro y doy por buena la elección. El caso es consolarse.


En todo este tramo he alcanzado a tres compañeros y llego con ellos al segundo avituallamiento con la duda sobre el kilometraje. Uno de los hombres de la mesa, al verme con el GPS, me pregunta cuánto me marca porque ya ha pasado algún otro con 30km. y eso se va cuatro de lo previsto. A mí me marca también 30km, así que parece que algo va mal porque es demasiada diferencia. Espero que no vaya a más porque, siguiendo esta progresión, igual se dispara la cosa hasta los 70km.


Si el primer avituallamiento era magnífico, este segundo ya se sale. A lo anterior se le añaden embutidos, pan, queso, ... Yo no sé porqué pero no tengo mucho apetito y solo me tomo un par de vasos de cocacola, un plátano, un gajo de naranja y unas onzas de chocolate. Lo que sí les pido es que me rellenen el bidón de agua porque empieza a apretar algo el calor.


Los compañeros van saliendo y yo lo hago en solitario. Volvemos a intercalar tramos mayoritarios de pistas de cemento y asfalto con cortos senderos por zona boscosa. Es curioso cómo en el asfalto alcanzo a los que me preceden y cómo en los senderos sucede todo lo contrario y me pasan los que van detrás. Está claro que soy muy torpe cuando el terreno se complica.


En esta parte del día es cuando más calor hace ... y se nota. Coincide también con unas cuantas pistas sin apenas sombras.


Dejamos Natxitua a la izquierda y giramos un poco con orientación sur para ir a buscar un alto: Gaztaingoiko Tontorra. El nombre le viene al pelo porque cierto es que no dejamos de ver castaños en una buena parte del recorrido.


Antes de subir al alto de San Miguel, me vuelvo a encontrar con una mesa de sellado en el punto en el que coinciden la subida y la bajada. Toca sellar al bajar, así que me voy para arriba con otro compañero de los muchos con los que vas haciendo la goma, un rato por delante y otro por detrás.


La rampa de subida a la ermita es de cuidado. Nos encontramos con un betetero que baja andando porque por ahí no hay quien descienda montado en la bicicleta. Resbala mucho la pista empedrada pero, menos mal, hay un buen pasamanos para ayudarse.


Las vistas arriba vuelven a ser perfectas de todo Urdaibai y me vuelvo a quedar solo haciendo fotos durante unos instantes.


Inicio el descenso y coincido con otro chico que sube, de estos con los que llevo haciendo la goma toda la marcha. Este chico será clave en los próximos kilómetros para el devenir de los acontecimientos.


De nuevo abajo, toca sellar la tarjeta, cada vez más deteriorada. Los tres hombres de la mesa parecen estar un poco aburridos.


El camino continúa por bosque y por pistas forestales y sigo con el chico con el que me acabo de cruzar. Vamos charlando y resulta que le dolía un poco el estómago después del avituallamiento, tal vez por beber demasiado de golpe. No lleva bidón y le aconsejo que pida una botella en el próximo avituallamiento porque el calor irá a más y se le puede hacer muy duro sin líquido entre postas. Es mejor beber poco muchas veces que mucho de golpe. Además, nunca ha hecho más de cuarenta y pico kilómetros y, en esas circunstancias, la cabeza piensa demasiado. Yo, por mi parte, pediré un trozo de esparadrapo porque se me acaba de hacer una herida en el juanete y el que suelo llevar siempre me lo he dejado en el coche. ¡Estas zapas! ¡Esta cabeza!


En cuanto le digo que voy a pedir un trozo de esparadrapo, me ofrece una tirita de las que lleva. Para mí es una oferta salvadora porque aún quedan unos cuantos kilómetros hasta el siguiente avituallamiento y me podría haber hecho buena avería con el pellejo levantado.


A partir de este momento es como si contrajera una deuda de vida y me veo en la obligación de seguir con él por mucho que me diga que siga a mi ritmo. Aunque sea, hasta el siguiente avituallamiento, le digo que le acompaño y, entre charla y charla parece recuperarse un poco y hasta alcanzamos a otro participante con el que llegamos al avituallamiento a un ritmo muy bueno.


Llegamos al avituallamiento de la puerta del Bosque de Oma y volvemos a tener la charla sobre los kilómetros recorridos. Según mi GPS, llevamos 41km cuando deberían ser 37km según la organización. Por lo menos, el desfase no se ha visto incrementado. A todo esto, los tábanos se están cebando conmigo.

En este avituallamiento vuelve a haber de todo. Sigo sin tener demasiado apetito y me basta con beber un vasito de cocacola y otro de isotónico y comer un trozo de plátano y unas onzas de chocolate. Esta vez, por si acaso, decido coger una barrita en la riñonera para llevarme a la boca en caso de necesidad. El compañero acaba cogiendo una botella de agua para el camino y yo relleno el bidón.

Cuando ya nos vamos, se me ocurre pedir un trozo de esparadrapo, por si acaso la herida fuera a más tener algo para protegerla. Una chica muy maja de la organización me ofrece un par de tiritas acolchadas que prometo devolverle en meta si no las necesito.


Salimos para Oma por esos rampones que quitan la respiración. Nos cruzamos con dos turistas extranjeros muy salados y accedemos al famoso 'bosque pintado' de Ibarrola resoplando.


Me cuesta despegarme del compañero y, como no conocía el bosque, le voy contando un poco lo de las marcas para ver las diferentes composiciones.


Hasta que llegamos a las escaleras y me dice que se va a parar un poco a descansar. Me fastidia dejarle pero con más de veinte kilómetros por delante puede ser cuestión de mucho tiempo. Le digo que nos vemos en el siguiente avituallamiento y todo para arriba.


El siguiente tramo es el más duro de toda la jornada. Hay que subir al Kanpona (505m) que es la Cima Coppi del día y el trazado es muy rompepiernas, con continuas subidas y bajadas. El calor empieza a apretar y voy a trote todo el tiempo, con lo que doy alcance a otro chico que me pide agua. Este tampoco lleva bidón y le doy el mismo consejo que al anterior, que se coja luego una botella en el avituallamiento. Con lo medido que llevo yo estas cosas y me encuentro con que me queda un culín para la peor subida del día y en la hora más calurosa.


Para arriba voy muy bien y sigo alcanzando a algunos participantes pero en las bajadas me vuelven a rebasar y ni les veo. Soy un zote bajando lo mismo que cuando el piso se vuelve inestable. Voy a acabar pensando que estoy hecho para un tartán. Uno me comenta que ya viene una bajada cuando lo que yo quiero es que no lleguen nunca y a otro tampoco le debe ir muy bien porque lleva la rodilla jodida. Cuando empezamos a bajar, noto que la tirita que llevo se ha debido mover y la herida me está doliendo mucho, haciendo muy molesta cada pisada. Y el otro juanete también va en camino, así que aprovecho para parar y ponerme las dos tiritas que me dio la chica del avituallamiento.


De nuevo me encuentro solo y termino de coronar el Kanpona dando gracias al llegar al buzón porque ya se me estaba haciendo largo.


La bajada hacia Astorkigana es fuerte y compruebo que he puesto muy bien las tiritas porque los dolores han desaparecido. También ayuda que me he tomado un ibuprofeno que siempre llevo para estos menesteres.


Llego al último avituallamiento y volvemos a tener la charla sobre el kilometraje. Me dan 52km cuando deberían ser 48km. Por lo que se ve, no soy al único al que le da esa cantidad. El desfase se mantiene, así que el error se haya en el primer tercio de la prueba. En este avituallamiento también sellan pero mi tarjeta ha pasado a mejor vida y nos conformamos con dar el número.

Otra vez hay un surtido muy amplio de víveres y, esta vez sí, decido comer un bocadito de salchichón y tomo otro vasito de cocacola. Me llenan el bidón de isotónico y, justo cuando ya voy a partir, llega el chico de la tirita con muy buen ánimo. Además, le comunican que tiene premio en el sorteo, lo cual me alegra mucho.


En teoría, según la hoja de ruta, quedan catorce kilómetros a Gernika. Es casi todo favorable y me vuelvo a poner a correr. El sendero por el que vamos está muy embarrado y las zapatillas que llevo, esta vez sí, me vienen de maravilla.


Como sigo a trote, alcanzo al chico de la rodilla que vi en Kanpona y que salió del avituallamiento un poco antes que yo.


Coincide que es un tramo de subida y lo hacemos juntos charlando. Es una pasada la de cosas que te pueden pasar en estas distancias y cómo la gente las solventa como puede.


Vamos comentando la distancia que queda y me dice que no cree que quede tanto. A ver si es verdad y el desfase de kilómetros solo ha sido un error en la anotación de los avituallamientos.


Llegamos a Olabe y cojo agua en una fuente como para llegar ya hasta el final. Un borrachinga me come la oreja bastante pero no estamos como para coñas y seguimos para arriba.


Se inicia el descenso y el compañero y yo nos despedimos. Según él, ya solo quedan dos tachuelas y es todo muy corredero.


Pues sí, es muy corredero aunque los kilómetros acumulados ya empiezan a pesar bastante. Llega un momento en el que las marcas de la marcha coinciden con las del Camino de Santiago.


Me encuentro con algunos peregrinos en este tramo final que combina senderos con pistas. Es la última subida y se hace durilla.


Hasta que abandono el Camino de Santiago y, a través de otro sendero, aparezco en Mendieta.


Un grupo de personas que están en una terracita me animan al pasar y un niño me grita "¡kilómetro y medio!". Si esto es verdad, el kilometraje no se desfasará tanto como parecía.


Se da una vuelta un tanto extraña pasando por unos sembrados y llego a un paso bajo la carretera por el que se cruza el río.


Ya está el bacalao vendido. Estoy en Gernika y sólo me queda cruzar hasta el Pasileku, donde está situada la llegada.


En meta, nuevo avituallamiento con el mismo surtido que los anteriores. Me como un par de aceitunas y tomo otro vasito de cocacola mientras charlo un rato con la mesa y comentamos la jugada. Me lo he pasado muy bien en la marcha y he disfrutado mucho del recorrido, aunque tanto sube y baja acaba haciéndose muy duro. Lo mejor de todo ... que camino del coche me doy cuenta de que no he necesitado echar mano de la barrita que cogí en Oma y eso es buena señal. Lo peor ... no haber tenido unas zapatillas idóneas para este recorrido. Que se me rompieran las Adidas la semana pasada fue una faena porque mañana quería ir a la marcha de Elorrio y con estas heridas en los juanetes no voy a hacerla.


Datos técnicos:

Hora de salida: 07:00 h.
Hora de llegada: 16:11 h.
Distancia: 64 km
Desnivel (+): 2.385 m
Tiempo neto: 08h 32' 47"
Paradas: 38' 26"
Tiempo bruto: 09h 11' 13"

Safe Creative #1007090003507

10 Comentarios

  1. Aúpa Joseba,soy jabi,hice contigo un tramito de la martxa ayer y m hiciste una foto saliendo del primer abituallamiento,esperamos esas fotos. Un saludo, nos vemos en próximas

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ieuupp!!
      Ya están metidas. Si quieres que te envíe alguna a tu correo (por lo menos las dos en las que apareces), mándame tu email aquí a la izquierda con el formulario de CONTACTAR, vale?
      Un placer, nos vemos.

      Eliminar
    2. Aupa Joseba.

      Fenomenal repor, por fotos y por comentarios.

      Como si la hubiera hecho, redioooo.

      Muy-muy bien.

      Un saludo y hasta pronto.

      Ya tienes un seguidor más, je-je.

      Gorka

      Eliminar
    3. Pues muchas gracias, Gorka.
      La marcha estupenda. A ver si el cuerpo aguanta hasta 2.018 y repetimos, ;-)

      Eliminar
  2. Kaixo Joseba,

    Erreportaia, bikaina !!!
    Hamaika argazki egin dituzu, denak oso ederrak.
    Nik ere ibilaldia egin nuen eta egian esan, asko gustatu zitzaidan.

    Argazkiak egiten erabili zenuen denbora deskontatuz, ordu erdi lehenago helduko zinen, ez duzu uste?

    Albertxo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ba eskerrik asko, Albertxo.
      Bainaaa ... ordu erdi hori ... arnasa hartzeko behar da. Inori ez esan, ehhhhh!!!! ;-]

      Eliminar
  3. ZORIONAKKK txapeldun!!!!
    Torpe???? venga ya!!!! jajajaja
    Guapísima la ruta, se ve que disfrutaste y terminaste muy bien!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En 2018 ... ya sabes ... al ritmo que llevas ... la vas a poder hacer de calentamiento, ;-)

      Eliminar
  4. que bueno!!!! Felicidades.

    ResponderEliminar
  5. jajaja me gusta eso de "pillo un poco de barro, he acertado con las zapatillas, el caso es consolarse" que cierto....
    Y lo de "si contrajera una deuda de vida" genial.
    Me gustan los cambios de Bloc, antes no me enteraba de nada y me perdía.... ahora todo me parece más sencillo. Mola!!!!
    Una cosa, he estado trasteando por aquí y no encuentro lo que me comentaste de la ruta esa que me dijiste (O. Mugari, V.) ... no subiste aquí nada?

    ResponderEliminar

PIEATIERRA se reserva el derecho de suprimir, por cualquier razón y sin previo aviso, cualquier comentario que considere inapropiado.