Estos dos días haciendo puertos por Asturias, tras casi cuatro meses sin coger la bici, me han dejado las piernas para el arrastre. Ayer tocó descanso porque me dolía todo pero hoy hay que reactivarlas.
Salimos a eso de las nueve de la mañana para hacer los diez kilómetros habituales y, nada más empezar, ya veo que va a tocar sufrir.
Lo que más me molesta de estos dos días es todo el esqueleto óseo. La bicicleta tiene unas posturas muy suyas y haber estado tanto tiempo sin darle a los pedales ha hecho que me duelan las costillas, los brazos, los hombros, las cervicales, ..., ¡coño, que me duele todo!
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