II. Vuelta a Balmaseda

Hoy tenemos otra de esas marchas gratuitas que aparecen de cuando en cuando en el calendario: la II. Marcha Vuelta a Balmaseda, organizada por el club de montaña de la localidad encartada. Estábamos inscritos Amaia y yo pero la lesión en el muslo derecho que arrastra ella me deja solo por esta vez.

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II. Vuelta a Balmaseda Balmaseda 25 km 1600 m+ IR

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La salida es a las 08:30 y llego un rato antes. Pregunto a unos ertzainas por la situación del frontón municipal justo para que me den la noticia de que llevo fundidos los pilotos de posición. No hay mucha gente y salimos detrás de un tipo rumbo a la primera hilera de cumbres que hay que superar.


Según vamos ascendiendo, observo que no hay marcaje y me pregunto si habrá que seguir a este tío durante toda la marcha. El ritmo es bueno pero a mí me gustaría ir corriendo a mi bola y no tener que ir acompañado en toda la jornada.


Llegamos a un collado que hay entre las cimas de Espaldaseca y Celadilla. Nos hemos quedado por delante un grupo de una docena de personas y me fastidia tener que ir frenado pero no hay marcas por ninguna parte. Tampoco había track en la Web del organizador, así que estoy un poco vendido.


Al principio hacía bastante fresco pero el día va caldeando con la salida del sol que me regala una bonita vista en la parte final de la ascensión.


Hago cima en Espaldaseca, a donde me he adelantado un poco para poder fotografiar las vistas sin gente, y van llegando los demás.


El tipo que encabeza la marcha rebota en el geodésico y empieza a bajar con algún otro y decido trotar en el descenso al collado del que venimos. En ese momento, parece como si mi carrera fuera un toque de corneta y la gente que estaba atenazada empieza a correr a toda pastilla. Me da que estábamos todos pensando lo mismo.


Seguimos un sendero hacia Celadilla y puedo ver un pequeño banderín. Esperando que alguno sepa por dónde sigue la marcha, me pongo al final del pequeño grupo.


Tras rodear la cumbre de la montaña, para hacer cima, tiramos por un sendero directo a cumbre. La pendiente es fuerte pero muy llevadera.


Hacemos cima junto a un pequeño buzón y, sin apenas parar, la gente sigue disparada hacia la tercera cumbre de este cordal: Arbalitza.


Esta parte es muy divertida, siguiendo un pequeño sendero que va zigzagueando entre algunos árboles. Llegamos a la cima y otros tres participantes me piden que les saque una foto, tal vez porque siempre me confunden con el fotógrafo oficial al ser yo el único que va siempre con la cámara en la mano.


El descenso hacia Balmaseda es vertiginoso. Empezamos por un sendero hasta que llegamos a una pista y nadie sabe por dónde hay que seguir. Nos alcanza un tipo que parece que conoce el camino y decidimos seguirle a él. Es la primera marcha a la que acudo que no tiene marcaje y me parece lamentable.


Al llegar a Balmaseda, cruzamos las vías del tren y seguimos por un pequeño bidegorri por el arcén de la carretera de Burgos. Hace ya un buen rato en el que he decidido que la ruta oficial de la marcha me la trae floja y que me conformo con seguir a alguien que sepa cómo se sube al Kolitza, mi único objetivo de la jornada.


Empezamos a subir corriendo y uno de los participantes parece que peta. Nos dice que él no ha venido para correr y que, si se queda solo, no va a saber seguir. Le digo que, si prefiere seguir andando, se espere a los que vienen por detrás. Aunque no sé yo. Solo había dos organizadores (uno al principio y otro de cierre) y no sé cómo gestionarán lo de que la gente se quede en medio de ellos. No me parece muy serio, desde luego. Deberían haber advertido esta situación antes de salir.


Decido seguir a los dos chicos que encabezan la marcha porque el de verde parece saber por dónde hay que subir.


Pero, justo cuando adelantamos a un mendizale ajeno a la marcha, el chico de verde se descuelga y nos quedamos solos el de rojo y yo. Tras un buen rato por unas buenas pistas para correr, nos damos de bruces con el tipo de la organización que abría la marcha y que ha venido corriendo en solitario por un atajo. No hay marcaje ninguno y, si este tipo viene solo, ... ¿cómo espera que sigan los demás? Me da que aquí cada cual se las debe apañar como pueda.


Tras un rato, nos topamos con una alambrada y el de la organización se afana un buen rato en romper la valla para poder pasar, cuando el de verde que venía por detrás nos grita a lo lejos ... ¡por la izquierda, por la izquierda!


A mí esto ya me parece el despiporre padre. Me mantengo a una distancia prudencial de los de delante mientras escucho sus charlas sobre sus entrenamientos para la Hiru Handiak y la Apuko.


Una subida constante nos lleva al Sabugal, una precima del cordal del Kolitza. Por detrás ya no viene nadie y hace tiempo que pienso que a la organización se la suda cómo llegue la gente al final de la marcha. El tío este no para y, más que una marcha, parece que se haya montado un entreno citando a más gente.


Llegamos a la pista del Kolitza y veo a muchos beteteros subiendo por ella. Nosotros tiramos directos por una fuerte pendiente con un viento fortísimo pegando de costado.


Me entretengo un poco haciendo fotos a los ciclistas que van bajando. Me parece increíble por dónde se tira esta gente.


Este rato que paso sacando fotos hace que llegue a la ermita de la cima y mis dos predecesores ya no se encuentren en ella. Había leído que había avituallamiento en este punto pero yo no veo nada de nada.


Empiezo a bajar y veo que hay un sendero a la derecha. Pero un poco más allá hay un refugio y veo a un chico de rojo junto a él, así que pienso que puede que allí sea el único avituallamiento que tiene la marcha.


En efecto, el avituallamiento es en el refugio. ¡Y qué avituallamiento! Están asando chocicillos y morcillas en la chimenea. Hay cocacolas, isotónicos, pastelillos, frutos secos, ...


El avituallamiento es excepcional pero, cuando salgo del refugio para seguir con la marcha, me dicen que termina aquí y que me busque la vida para bajar a Balmaseda. Yo a una marcha gratuita no le pido un gran avituallamiento. Es más, no le pido nada más que me marquen el recorrido porque, para hacerlo a mi puta bola, no necesito marcha ninguna y ya me busco yo un track en la Web, que los hay a patadas.


Preguntando a un buen hombre, decido que la mejor manera de bajar es volviendo a subir a la ermita y tomando el sendero que vi antes. Esto es como el Pagasarri y viene mucha gente subiendo por el estrecho camino.


Pero termina el sendero y aparezco en una pista sin saber si se baja por la izquierda o por la derecha. Espero un rato hasta que llega corriendo un chico al que le pregunto si es de la marcha, cuestión a la que me responde que no pero que va hacia Balmaseda y que me puede acompañar.


Vamos corriendo hasta llegar a una fuente curiosa, de la que me cuenta su funcionamiento. Ya he tenido más trato con este chico que con nadie de la marcha.


La bajada es cómoda y seguimos a la carrera por bonitos senderos entre árboles hasta que llegamos a una carretera en donde nos despedimos. Ya no hay pérdida y solo tengo que seguirla hasta llegar a Balmaseda.


Llego a Balmaseda con 25km recorridos y algo cansado. El ritmo que he llevado hoy no suele ser habitual en mis salidas y tengo las piernas un poco doloridas. Antes de llegar al coche, me da tiempo para hacer un poco de turismo junto al puente Viejo.


No me imagino cómo andarán los que venían detrás mío. La organización parecía totalmente despreocupada por el personal y, leyendo la hoja que nos han dado en la salida, pone que no se hacen responsables de las posibles pérdidas de la gente. Organizar algo así y no hacerlo es lo mismo. Un formidable avituallamiento no lo compensa, no es lo principal. Si Amaia hubiera venido, se habría pillado un mosqueo del quince. Estos no me vuelven a ver el pelo.

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1 Comentarios

  1. ...no si al final me vino bien la lesión!!!!......no imagino verme en esa situación!!!!......

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