Ruta minera de los montes de Triano

Ya estamos a un mes del MAPOMA y hoy tenemos planeada la última gran tirada previa al maratón. Cuesta mucho diseñar una ruta por asfalto que sea entretenida y que no nos obligue a desplazarnos lejos de casa. Pero el lunes, al pasar por aquí en bicicleta, se me ocurrió que las carreteritas de La Arboleda serían un gran escenario para este último entreno serio. Si además empezamos desde la recta de Ugarte, le podemos meter unos cuantos metros de desnivel que la hagan más interesante todavía.

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Ruta minera por Triano Barakaldo 34 km 850 m+ IR

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Dejamos el coche aparcado tras los cines del Max Center, con la duda de si la mañana nos dará una tregua como para completar la ruta. Hay previsión de lluvia y, por si acaso, tenemos dispuestos varios puntos de atajo para no ir empapados.


Subimos a Argalario por la vertiente escondida de Ugarte, esta que va por una pista cementada y rallada que se acerca al 30% y que supone todo un reto para la bicicleta de carretera. Por suerte, corriendo no es tan difícil y, aunque el ritmo sea muy suave para superarla, llegamos a la carretera que viene de Gorostiza con muy buenas sensaciones.


Dejamos muy abajo la zona comercial y empalmamos con la carretera, lo que hará mucho más cómoda nuestra subida. Hay muchas nubes y la amenaza de lluvia se acrecienta.


Cruzamos la barrera canadiense y la pendiente ya se vuelve constante hasta el final. Marcamos un buen ritmo de subida, siempre con un ojo puesto en el cielo, cada vez más cubierto.


Nos empieza a llover en la parte final, con una niebla fuerte de esas que empapa. Llegamos a la cima de Argalario y el aire es frío y sopla con fuerza un viento norte que nos entra de cara mientras la lluvia arrecia y nos va calando. Bajando hacia La Reineta hay una sensación en el ambiente que invita al abandono cogiendo el funicular.


Pero deja de llover justo cuando nos acercamos a las casas y nos miramos, y decidimos seguir a ver qué pasa. A veces cuesta más salir de casa que cancelar algo cuando ya estás metido en el 'fregao'. Bajo unas chispillas que apenas molestan, cruzamos La Arboleda y coronamos la siguiente subida de Peñas Negras.


En el descenso, el tiempo nos respeta mucho y aprovechamos la pendiente negativa para marcar un buen ritmo que nos deja en las cercanías de Muskiz.


En esta zona vamos muy protegidos del aire y no notamos frío, a pesar de que nos golpee de cara. Los rimeros kilómetros de descenso lo han sido con una pendiente cómoda pero, a medida que nos acercamos a Muskiz, esta se incrementa y ya va obligando a clavar un poco los cuádriceps, deseando llegar ya al desvío de la Vía Verde de Galdames.


Por fin llegamos abajo y tomamos la Vía Verde de Galdames pero hacia Gallarta. Nunca hemos pasado por este tramo y descubrimos un trazado espectacular escapando de los núcleos urbanos tan industrializados. Es una gozada de camino para correr y para andar en bicicleta.


La mañana parece que se estropea por momentos y empieza a llover de nuevo, aunque mucho más ligero de lo que lo hacía en Argalario. Seguimos teniendo muchas opciones de atajo y no nos preocupa demasiado.


Abandonamos esta pista tan atractiva para subir a la zona del Polígono Industrial El Campillo por una rampa imponente de cemento rallado. Ya llevamos unos cuantos kilómetros y su dureza se nota en las piernas.


Dejamos atrás el polígono y la zona urbanizada con nuevos parques. Toca subir a la Orconera y enlazar con la subida a La Arboleda tradicional. Hacemos un pequeño alto para el último avituallamiento y empieza a llover de nuevo. Ya no merece la pena recortar por ninguna parte y que sea lo que tenga que ser. Ya terminamos fijo.


No llueve tanto como parecía y para enseguida, dándonos ya una tregua hasta el final. Empalmamos con la carretera de Trápaga y bajamos hasta pasar por debajo del funicular. Es entonces cuando vamos divisando un bidegorri por debajo que yo no conocía. Lo cogemos en una curva y un paisano me cuenta que es nuevo, de hace un año, y que nos lleva hasta el peaje de la Supersur de la recta de Ugarte, justo hasta donde nos dirigimos, evitando así tener que volver por la carretera.


Según el paisano, este bidegorri está proyectado hasta conectar con el de El Regato y con el de Barakaldo, lo que sería todo un puntazo, pero la falta de cash ha hecho que se aplacen las obras. ¡Qué pena!


Termina el bidegorri de forma brusca junto al peaje de la Supersur y tenemos que buscar una vía de bajada a la carretera para hacer el kilómetro final por su estrecho arcén, llegando al coche más felices que unas perdices.


El trabajo gordo para preparar el MAPOMA está hecho. Ahora solo falta que llegue la fecha clave y que todo se de bien. ¡A por ello!

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1 Comentarios

  1. ...que fuerteee!!! como se nota que ibas sobrado y yo sufriendo jajajajaja...la próxima te cambio.......

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