Siete de la mañana, suena el despertador y tengo una capa guapa de hielo sobre el coche. Esta noche ha helado bien, tanto que hasta me ha costado coger el sueño. La temperatura ha bajado bruscamente, de golpe, y he tenido mucha suerte de cancelar la brevet de Amsterdam porque me habría muerto por la noche. Con estas condiciones, ni siquiera me atrevo a hacer la etapa de Spa. Aprovecho que tengo wifi libre donde estoy aparcado y busco alternativas para montarme algo corriendo que me permita aprovechar el día. Encuentro una medio de montaña: Les Crêtes de Spa.
| XTREM | CAT 1 | CAT 2 | CAT 3 | CAT 4 |
| Les Crêtes de Spa | Spa | 21 km | 1100 m+ | IR |
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No he traído calzado adecuado y no me queda otra que salir con las zapas viejas que llevo para vestir. Están muy desgastadas. Salgo tarde, cuando el intenso frío de primera hora me deja.
El inicio de la prueba es en el campo de fútbol de Spa pero yo empiezo en las mismas calles de la población belga. Empiezo a subir por unas carreteras estrechas.
Hace un frío tremendo y lo noto en toda la musculatura. Tengo miedo de romperme porque siento los gemelos muy justos.
Apenas llevo un par de kilómetros cuando llego a una zona poblada. Por ahora, todo ha sido asfalto y no echo de menos unas buenas zapas.
Comienzo el descenso de esta primera cota de la jornada y se termina el asfalto para dar paso a una pista muy cómoda. Me estoy adentrando en una zona boscosa muy cerrada, sin ninguna vista.
Voy con el track en la mano pero casi no me hace falta porque la ruta está siempre señalizada con pintadas en el suelo en todos y cada uno de los muchos cruces. Solo tengo que ir siguiendo las flechas blancas.
Estoy metido en un tupido bosque atravesado por un montón de pistas, algunas muy bien asfaltadas. Tengo la sensación de estar dando rodeos para ir haciendo distancia porque tampoco es que se suba mucho.
Parece que quiere salir el sol pero no termina de decidirse. Por fin, parece que se acentúa la subida y voy ganando altitud, aunque muy cómodamente.
Las pistas se suceden una y otra vez. Esta prueba parece muy corredera porque el terreno es muy fácil.
Atravieso una carretera más amplia, aunque sin tráfico, y me meto por unas pistas herbosas que me llevan a una especie de torreta de vigilancia. También hay algo así como un centro de interpretación.
He llegado más o menos a la mitad del recorrido y me detengo un minuto para comer un kit-kat que me he traído. No paro mucho porque hace mucho frío.
El descenso es muy rápido por estas pistas tan cómodas y con porcentajes tan suaves. Me encuentro a un par de familias paseando con sus niños.
Llego a la parte baja y la cosa cambia completamente. Se pasa de correr por cómodas pistas a transitar por senderos, mucho más atractivos y entretenidos.
Aquí sí que tengo que ir con el GPS en la mano y sin perder detalle porque hay un montón de bifurcaciones y los senderos hay veces que no están del todo claros.
De vez en cuando, se vuelven a cruzar algunas carreteras. No se ve un alma por aquí, y no me extraña porque hace un frío que te cagas.
Ya llevo más de quince kilómetros y empiezo a sentir molestias en la rodilla izquierda. El frío y la falta de calzado para este terreno me están pasando factura.
Termino con este tramo por bosque y vuelvo a salir al asfalto. Me empieza a preocupar la rodilla porque ya me duele mucho.
Sale el sol y, por fin, templa un poco. Estoy en lo que sería la parte final de la prueba y ya falta poco para llegar al estadio.
No veía el momento de llegar aquí. La rodilla me duele, ya no es solo una molestia. Para completar el trayecto completo de eta carrera, me acerco hasta las instalaciones de salida y llegada.
Ya solo me queda seguir bajando hasta llegar a las calles de Spa y encontrar mi coche aparcado a las afueras. La carretera tiene vía de servicio pero, como no hay coches, casi voy por el medio.
Llego a Spa y me da para darme un par de vueltas y conocer un poco esta población. Pero me duele mucho la rodilla y no me entretengo demasiado.
Llego al coche, me preparo la comida y me meto dentro para no salir más. Hay Internet y eso me mantiene entretenido. Compruebo el tiempo que viene y mejora algo, pero veo lo que hay en el sur de España o en los Alpes Mediterráneos y tengo clarísimo que, para el año que viene, las vacaciones de Semana Santa serán buscando el sol. Ya no hay remedio y lo que quería hacer tendrá que ser en más días porque las mañanas y las tardes son heladoras.
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