¡Maldita contractura cervical!

No sé si el frío y la humedad que cogimos el otro día en Balmaseda habrá sido la causa pero al día siguiente casi no podía mover la cabeza por culpa de una contractura cervical. Desde entonces, se me hace difícil sujetarme la cabeza encima de los hombros. Con ese panorama, porque cuanto más tiempo pase más clavado me quedo, hoy intentaré correr un poco.



Salimos a hacer los diez kilómetros habituales por Uribitarte y noto que me viene muy bien ponerme en marcha. Correr no me cuesta nada y la musculatura del cuello se me relaja mucho trotando. Lo peor que hay es quedarse quieto, eso está claro.

Termino la sesión muy bien pero me sigue molestando mucho el cuello. Todo el fin de semana ha estado haciendo muy mal tiempo y tampoco me ha trastocado mucho los planes pero espero que se me pase pronto porque ahora viene el mambo gordo y me jodería mucho que una chorrada de este tipo me los estropeara.

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