Ayer tuvimos día de descanso, si se le puede llamar descanso a combinar playa con piscina con ir de tiendukis, visitar la ciudad, ... Llevamos solo cuatro días y ya estoy descojonado, reventado del todo.
Salimos a correr con la misma idea del otro día, sin rumbo ni distancia fijos y llegamos hasta la mitad de la playa de Levante. Parece que el efecto de los 'corticoles' se ha terminado porque no puedo con los huevos. No hace ni la mitad de calor que el otro día pero yo estoy hecho polvo. Esto más que vacaciones parecen las tareas de un esclavo egipcio montando piedras en las pirámides del faraón.
Al final han salido algo más de ocho kilómetros con un par de buenas cuestas. Tampoco estamos para preparar nada, así que buena es esta horita mañanera a trote para despertarse porque, si no fuera por ella, me estaría todo el día durmiendo.
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