Las Montañas Sperrin

El tercer sector del día me lleva ya a Irlanda del Norte, de nuevo en el Reino Unido. Nada más subirme al coche y cruzar la frontera a la altura de Strabane se pone a llover con fuerza. Llego a Cranagh bajo un intenso chaparrón, decidido a dormir aquí y esperar a mañana para subir a Sperrin.

XTREM CAT 1 CAT 2 CAT 3 CAT 4


SPERRIN Cranagh 435 4 6 % IR


Sigo vestido de ciclista, con el coche aparcado justo en el cruce de la subida. Hay un momento en el que decido dejarlo para mañana y bajo para cambiarme de ropa y pasar la bicicleta a la parte delantera del coche. En ese preciso instante, un hombre sale de la casa de enfrente y nos ponemos a charlar. Es agradable comprobar que mi nivel de inglés da para una conversación decente.

Estamos un largo rato hablando de las vacaciones, de las coincidencias meteorológicas de la isla con Bilbao, del verde de las montañas, de los acantilados, de la bicicleta, ..., hasta que cesa de llover. Le cuento cuáles son mis objetivos y me dice que la subida solo consta de dos millas y media, algo que desconocía porque he venido sin apuntarme los datos de los puertos. Siendo solo cuatro kilómetros, habiendo parado de llover, me puedo arriesgar a subir a toda pastilla.


El hombre me dice que tengo un aparcamiento unos metros más adelante con un baño público para asearme después, algo que le agradezco mucho. Me despido y enfilo la subida a ritmo de contrarreloj.


Un primer kilómetro al 8% me hace entrar en calor de golpe, dándolo todo para acabar lo antes posible. El piso está muy mojado y noto cómo me salpico por el culo.


La parte central combina tramos de diferente pendiente, desde el 6-7% a otros llanos para recuperar el aliento porque voy incendiado. Arriba no voy a ver nada y me temo una tromba de agua en cualquier momento.


Los últimos quinientos metros son los más intensos, con porcentajes que superan el 15%, lo que hace que llegue con las pulsaciones altas. Corono, me doy la vuelta y veo venir una cortina de agua tremenda que me estaba persiguiendo, lo que hace que la bajada sea pasada por agua. Menos mal que cuatro kilómetros se bajan en un momento y que el Goretex de la chaqueta hace muy bien su función. 

Al llegar al coche, me meto en los baños y me aseo cómodamente. Me cambio de ropa y me desplazo hacia el este para dormir lo más cerca posible de la etapa final en esta isla. Repaso los mapas y decido establecer en Dromara la base del último recorrido irlandés.

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