Un martes cualquiera

De vuelta en casa y de nuevo a no saber qué hacer para estar un poco entretenido. Cada vez me cuesta más regresar de un viaje y ponerme al día de todo. Estar por ahí de tirado es como una droga dura y me genera un tremendo síndrome de abstinencia. Dos días y no dejo de pensar en cuál será la siguiente.



Salimos a correr por el paseo de Uribitarte, el que otrora fuera nuestro centro de operaciones pero que tenemos un tanto olvidado desde que vamos a hacer cuestas. Tenemos claro cuál será el plan de la temporada que viene y nos van a ver más veces subiendo rampones que arrastrados por el llano de la ría. aún así, esta no deja de ser una buena forma de hacer casi una horita fácil y seguiremos con ella bastante a menudo. Hoy nueve kilómetros solamente pero con muy buenas sensaciones.

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