Balones de Le Thillot

El cambio de tiempo previsto para mañana no me va a permitir hacer los tres días que tenía planeados en la Selva Negra de Alemania. Es una pena pero no me merece la pena acercarme para hacer solamente un día. A cambio, me queda una etapa corta antes de regresar a Bilbao y una tachuela aislada a medio camino que me va a servir para descansar del viaje.

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Balones de Le Thillot Le Thillot 75 km 1550 m+ IR

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Madrugo mucho para terminar cuanto antes porque el trayecto de vuelta es largo. Llevo la cadena nueva que cambié ayer por la tarde pero, en cuanto empiezo a subir en el primer kilómetro, deja de engranar completamente en el plato pequeño. El plato está tan gastado que la cadena nueva es peor que lo que tenía ayer, así que me doy media vuelta y me voy al contenedor del Lidl donde tiré la vieja con la esperanza de que no lo hayan vaciado por la noche. Rebusco un poco ante la atenta mirada de la gente que entra y sale del supermercado y pierdo un tiempo precioso volviendo a poner la cadena gastada.


Reinicio la etapa y me dirijo al col des Croix pero por un camino secundario, no por la carretera. El GPS tiene estas cosas de vez en cuando.


El camino se las trae, cambiando una subida sencilla por una secuencia de rampas de doble cifra que acentúan el problema de la cadena. No me puedo poner en pie con el piñón más grande porque al plato pequeño le resbala. Por suerte, cuando voy sentado no genero tanta fuerza y puedo subir sin deslomarme.


Llega un punto en el que ocurre lo que me temía y la pista gira para bajar por otro lado, sin dirigirse al col des Croix por el que tengo que pasar para tomar la carretera del Ballon de Servance. Quería acabar pronto la etapa de hoy y estoy dando vueltas a lo bobo.


Accedo a la carretera del col des Croix y llego al alto, donde empieza la carretera del Ballon de Servance. Hay una señal que indica que está cortado pero no me queda otra que aventurarme a ver qué me encuentro.


Los primeros cuatro kilómetros oscilan entre un 4-6% y, en esta otra carretera, la cosa sigue parecida. Quedan diez kilómetros para coronar y parece que se trata de una subida sencilla.


No sé si la señal de corte de carretera es permanente o qué porque hay señales de ruta para ciclistas y no pasa ningún coche. Estas pistas parecen que solo dan acceso a un par de granjas.


Llevo cuatro kilómetros sin pasar de un 4% y el tema cambia completamente a falta de tres para coronar, donde aparecen varias rampas de doble cifra dejando tres kilómetros con una media que va subiendo entre el 6-8%.


Corono el Ballon de Servance junto a otro ciclista que llega por la vertiente opuesta. Hay nieve y nos preguntamos por el estado de la vertiente que ha subido el otro. Por la suya hay bastante nieve, motivo por el cual estaba cerrada la carretera.


Comienzo la bajada hacia Plancher y sale el sol, lo que se agradece mucho porque se nota la bajada de temperatura que viene para los próximos días.


Al igual que en toda la subida, la bajada es muy cerrada y apenas hay vistas para disfrutar de la zona. Se va siempre entre árboles y resulta un tanto aburrido.


Tengo diez kilómetros desde Plancher hasta Giromagny, donde empieza la subida al Ballon d'Alsace. No todo es llano, con alguna que otra tachuelita pero que son muy poca cosa.


Lo mejor es que se empieza a abrir el valle y puedo ver algo diferente a un tronco de árbol. La tranquilidad es total porque no pasa ni un solo coche.


Dejo atrás la pequeña localidad de Auxelles-Haut y, al salir de Giromagny, empiezo a subir al Ballon d'Alsace.


De los más de dieciséis kilómetros de que consta esta vertiente, los primeros cinco son inapreciables, con una pendiente media que no supera el 3%.


Pero el puerto va cogiendo entidad y los siguientes diez kilómetros ya rondan siempre el 6% o incluso un 7% en la parte central, una zona muy chula repleta de amplias curvas de herradura.


Poco a poco, la subida va perdiendo fuelle, dando paso a unos kilómetros más suaves en los que disfruto del final de un puerto que también es el final de un viaje.


A diferencia del Ballon de Servance, el Ballon d'Alsace ofrece una vista amplias de toda la zona, dando como resultado uno de los mejores puertos de todo el stage.


Me detengo junto al cartel de puerto cuando pasa otro ciclista que debía venir detrás de mí sin haberme dado cuenta. Están entrando muchas nubes y me da que no va a aguantar mucho sin llover.


El descenso hacia Saint Maurice es muy rápido, a excepción de las numerosas curvas de herradura. El ciclista de la cima ha salido poco antes y lo llevo de referencia para las frenadas.


Los siete kilómetros en suave bajada que hay desde Saint Maurice hasta Le Thillot ya los hice ayer, solo que hoy con menos kilómetros y bastantes más fuerzas.


Llego a Le Thillot y no me entretengo mucho. Me cambio y me preparo algo rápido de comer. Entre una cosa y otra, aunque haya madrugado mucho, me han dado casi las dos de la tarde y todavía tengo trescientos kilómetros hasta el BIG que he dejado para el camino de vuelta. Yendo como voy por carreteras secundarias, espero estar en su base para las siete de la tarde.

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