La vuelta del Alen

Hace ya casi dos semanas que no cojo la bici y la friolera de cuatro años que no subo el Alen. Se trata de un sube y baja que no me emociona demasiado y que se encuentra alejado de las rutas que suelo frecuentar más y, como es CIMA, he acompañado a tanta gente a subirlo que me ha llegado a aburrir. Pero me encuentro en una fase de dibujar los perfiles de las altimetrías y, aunque tengo guardados los tracks de todos los puertos, he optado por dibujarlas al tiempo que los repaso, por lo menos los más accesibles.

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La vuelta del Alen Bilbao 80 km 1250 m+ IR

altimetria
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Salgo de Bilbao con bastante tráfico en la N634, la carretera que se dirige a Muskiz pasando por Barakaldo, Trapaga y Ortuella. Pero al desviarme hacia Sopuerta, me quedo completamente solo.


Llevo aire en contra en todo este tramo. El entorno está precioso en esta época, con una vegetación que desborda por todas partes.


A Olabarrieta llego con 33km, con ganas de empezar a subir y, sobre todo, de dejar el aire frontal que está resulta bastante molesto.


El Alen tiene cinco kilómetros bastante constantes. Siempre se maneja en torno a un 7-8% y sin rampas reseñables. Tan solo pica algo más en alguna curva que, si se toma por el centro, no llegan nunca a la doble cifra.


Sin duda, esta es la mejor época del año para hacer esta subida. Este es un valle muy cerrado y el verde intenso le da un plus de atractivo que le viene muy bien.


El paso por las casas de Olabarrieta Goikoa y de El Sel permiten fragmentar la subida en dos y, como ya es muy corta, hacerla más entretenida.


Enseguida me encuentro en la parte final, cuando las vistas se abren un poco y se aprecian las peñas del Alen, el monte que se va subiendo pero a cuya cumbre no se va a llegar.


La carretera concluye junto a unos caseríos y un frontón. Todo esto estaba en un estado de abandono hace cuatro años pero lo han rehabilitado bastante. De hecho, han hecho obras en el último caserío y han limpiado mucho la zona del frontón.


Me quedo unos minutos donde termina la pista hormigonada, dando lugar a otra de tierra que continúa por el terreno de las antiguas minas, y desciendo rápidamente para seguir hacia Artzentales con el viento en contra de nuevo.


Al llegar al cruce de la carretera que va de Balmaseda a Carranza, tomo el camino de vuelta a Bilbao y el aire pasa a ser favorable, con lo que ello supone de ayuda para subir a La Herbosa.


La Herbosa es una subida muy suave de solamente tres kilómetros que, con aire favorable, se hacen fácilmente. En este tramo me cruzo con muchos ciclistas. Es una carretera que, sea el día que sea y a la hora que sea, siempre está muy frecuentado.


El giro de Zalla ya me pone con el viento de culo y no me cuesta nada mantener una buena velocidad de crucero. Solo la barrera del paso a nivel y los semáforos de unas obras en la zona de Güeñes consiguen frenarme.


Termino con ochenta kilómetros que, a estas alturas del año, se me quedan cortos. Creo que ha llegado el momento de acometer rutas de mayor enjundia.

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