Ruta a clase: B-2 + Ganeran circular

Y por fin llegamos al último día de clase de este 2017, con una salida de bicicleta de montaña para recorrer de nuevo los Montes de Hierro. Para ello, quedamos a las diez en Trapaga.

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B-2 + Ganeran circular Plentzia 84 km 1550 m+ IR

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Salgo de Plentzia en una mañana completamente despejada. Hace fresco pero los 6-7ºC son perfectamente soportables.


Cruzo la ría por el Puente Colgante y llego con bastante tiempo de margen. La gente va llegando y nos juntamos un buen grupo porque no falta nadie y, además, se nos unen otro profesor y otro par de alumnos, con lo que totalizamos 16 participantes.


Nos ponemos en marcha rumbo a La Arboleda, siguiendo la carretera hasta tomar el desvío de La Orconera, tal y como hemos hecho en las últimas ocasiones.


Las zonas sombrías de la subida son un congelador y ni siquiera la pendiente positiva me permite entrar en calor. Me he quitado algo de ropa abajo y casi me arrepiento.


Llegamos a la base de La Arboleda y la espera para el reagrupamiento es mínima, ya que cada vez viajamos más agrupados.


Hay un grupo de pottokas y me sirven para amenizar la corta espera. Están al sol y hago lo mismo para calentar un poquito.


Nos ponemos en marcha por la carretera de Gallarta para tomar el camino de Triano y enfilar la dura subida a Peñas Negras.


Esta subida asfaltada es de las que me gustan y aprovecho el suave rodar para ascender a ritmo, sin tener que ir fijándome en las piedras, mirando al paisaje mientras las pulsaciones suben. Eso jamás me lo va a dar el ciclismo de montaña.


Llegamos a Peñas Negras tras un momento de reagrupamiento y esta vez no paramos, siguiendo por la pista que se dirige al Ganeran.


Esta pista que rodea el Pico Mayor, a pesar de tener bastante gravilla es algunas zonas, es lo suficientemente cómoda para que la disfrute también. El esfuerzo sobre la bici es algo que llevo bien.


Llegamos al cruce de caminos y, en vez de seguir por la pista, uno de los nuevos aconseja tirar por el sendero que rodea la cima del Pico Menor. Así lo hacemos y cambiamos las piedras por el barro pero por un paraje más chulo. 


Llegamos a los pies del Ganeran y, en vez de seguir por la pista que nos deja en el collado Aranaga para ascender por su pala sur, nos metemos por el bosque para enfrentarnos a la pala norte, algo más suave y mucho más ciclable.


La subida se convierte en un pequeño reto y, tras empujar la bici en la oscuridad del bosque de partida, salimos a lo verde y me monto con intención de llegar hasta arriba dando pedales, cosa que consigo tirando unas eses amplísimas que me permiten ir haciendo fotos mientras pedaleo.


Vamos llegando todos arriba, cada cual siguiendo la trazada que más le apetece. Las vistas del Abra son magníficas y hoy sí, sin apenas viento, se pueden disfrutar como merecen.


La nieve persiste en el macizo de Valnera, en la frontera de Burgos con Cantabria. Se está tan a gusto en la cima que decidimos hacer en ella el largo avituallamiento. Hace fresco pero es muy soportable.


Toca bajar por la pala sur y, a pesar de que la subida del otro día tuvo que ser con la bici a cuestas, la bajada se puede hacer montado sin ninguna dificultad, algo que me indica que lo mimo podré subir siguiendo la misma trazada. Será cuestión de volver a intentarlo en otra ocasión.


Esta vez el profe decide regresar por el oeste del Ganeran, siguiendo la pista que pasa por las minas abandonadas de Artekona, Elvira y Dolores, camino del San Juan.


Vamos perdiendo altitud con mucha suavidad por este entorno precioso, una de las zonas más bonitas de Bizkaia y que se encuentra totalmente olvidada.


Todo esto pertenece al municipio de Galdames, comarca de Las Encartaciones (Enkarterri). El macizo recibe el nombre de Grumeran aunque se le conoce más comúnmente como Montes de Hierro o Montes de Triano.


Seguimos avanzando hacia la Balsa del Sauco y nos encontramos con un par de buenos repechos, rodeados de simas artificiales que se produjeron en tiempos de las explotaciones mineras.


El día acompaña y el sol calienta. Voy haciendo fotos en marcha hasta que, en un despiste, me voy al suelo al chocar con una piedra, con suerte de caer en mullido, sobre el verde, algo que me recuerda que no estoy con las zapas sino que voy con la bicicleta de montaña y el peligro siempre está ahí. Es lo que menos me gusta de la btt, que me obliga a mirar al suelo en vez de hacerlo al paisaje.


Seguimos avanzando y pasamos junto a las ruinas del edificio que albergaba las oficinas y el economato de la mina Dolores.


Poco después, llegamos a la fuente de Peña Pastores y casi me pego un buen hostión porque voy por delante y la losa mojada resbala un montón. Por suerte, consigo librar y poner el pie antes de caer, avisando al resto de lo que hay.


El agua de esta fuente es soberbia y me pego dos buenos tragos ayudado del vaso metálico encadenado al caño, como debe ser. Tras una breve parada, seguimos ascendiendo suavemente hasta la pista.


Llegamos a la pista que nos va a llevar de regreso a Peñas Negras y tenemos dos pinchazos simultáneos. Mientras el equipo Mercedes da buena cuenta de su piloto, el que me toca parece un Sauber y parece que no logramos dar con la tecla.


Bajamos hasta Peñas Negras y, como ya se está haciendo tarde, el profe nos permite seguir por la carretera hasta empalmar con la pista de Larreineta.


Es un rato de alta velocidad por el asfalto hasta llegar a La Arboleda. Pasamos por encima del campo de golf y, en un instante, ya estamos con las antenas de Argalario a la vista.


Aprovecho que hay una subidita para adelantarme y coger ventaja para la bajada, con la idea de preguntarle al profe si me deja ir bajando para hacer fotos mientras hay reagrupamiento.


Pero bajando me da alcance el grupo y, en vez de con un profe dándome la brasa, tengo que bajar con dos, uno por delante y otro por detrás. Me siento la mortadela del bokata mientras sufro en esta pista empedrada. ¿Ya he dicho que a mí esto no me gusta?


Esta vez me paro para hacer la foto de la riada. Lo mejor es que el agua cae tan fuerte que sirve para limpiar un poco la bici.


Llegamos a Trapaga y la salida se da por terminada. Nos despedimos hasta el año que viene y, junto a dos compañeros, tomo el bidegorri de Galindo para ir a Bilbao.


Una vez en Bilbao, me quedo solo y regreso a Plentzia por Enekuri y Unbe, subiendo con muy buenas sensaciones para los kilómetros que llevo con la btt.


Debería coger la bicicleta de montaña antes del regreso a clase en el mes de enero pero no creo que lo haga. Si acaso, intentaré alguna ruta larga con la flaca.

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6 Comentarios

  1. Otro rutón. A ver, explícame mejor eso de "vaso metálico encadenado al caño"

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    1. En montaña (por lo menos en la vasca) es muy habitual que haya un vaso metálico encadenado a las fuentes, para su uso público. Buscando he encontrado una foto en Mendikat (la biblia de las montañas) y he descubierto cómo se llama la fuente: Fuente Urreta. Yo siempre la había llamado la fuente de Peña Pastores. Es la décima foto que aparece en la zona de imágenes.

      https://www.mendikat.net/com/mount/2289

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    2. Me lo imaginaba, pero no estaba seguro. Siempre queda la duda de si estará contaminado, ¿no? Aunque supongo que lo lavaréis bien.

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    3. Pues qué quieres que te diga! Estos vasos están siempre impolutos. Date cuenta que aquí llueve tanto que es como si estuvieran todo el día en el lavavajillas. Seguro que acumula más gérmenes un vaso cualquiera que tengamos cerrado en el armario de la cocina. Además, los aficionados a la montaña si algo no somos es escrupulosos, acostumbrados como estamos a dormir, comer, beber o asearnos de las maneras más lamentables que se puedan imaginar, jejeje

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  2. Te hice caso y les metí caña a los míos para que no se me amotinen, jeje

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    1. Ya he visto que has preparado serrucho para Nochevieja, jejeje

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